FALLECE LA ESCRITORA CARMEN CONDE, DE LA REAL ACADEMIA
La escritora y académica de la Lengua Carmen Conde Abellán murió el 8 de enero de 1996 en Madrid después de una larga enfermedad. Carmen Conde, de 88 años, Premio Nacional de Literatura en 1967 por su libro “Obra poética”, fue la primera mujer que ingresó en la Real Academia en 1978.
Nacida en Cartagena (Murcia) el 15 de agosto de 1907, Carmen Conde se graduó en Magisterio y dejó inconclusos los estudios de Filosofía en la Universidad de Valencia. Conde comenzó a publicar a los 15 años sus primeros artículos en la prensa española y poco antes de la Guerra Civil española fundó con Miguel Hernández la revista de creación literaria "El Gallo Crisis".
En 1929, publicó su primer libro de poesía, "Brocal", al que siguieron "Júbilos y "Empezando la vida", para fundar después, junto con su marido, el también poeta Antonio Oliver Belmás, la Universidad Popular de Cartagena, creada a imagen y semejanza de la fundada por Antonio Machado en Segovia, que perviviría hasta 1936.
Fue la Guerra Civil la que inspiró a Carmen Conde obras llenas de angustia y dolor como "Mientras los hombres mueren" y "El Arcángel" (1939), para dar paso a una fecunda etapa creadora en la que su poesía se caracteriza por un superrealismo moderado.
Carmen Conde, que se definía a sí misma como “una muchacha que llegó a la Literatura con la tremenda suerte de almorzar un día con Gabriel Miró y cenar con Juan Ramón Jiménez", obtuvo el premio Elisenda de Montcada con su novela "Las oscuras raíces", el Simón Bolivar, con "Vivientes de los siglos", y el Doncel, con "A la estrella por la cometa".
Bajo el pseudónimo "Florentina del Mar", Carmen Conde publicó también novelas, relatos y cuentos infantiles, así como varias biografias y ensayos.
Otras obras suyas son "Del obligado dolor" (1984), "Por el camino viendo sus orillas" (1985), y la novela "La calle de los balcones azules".
Carmen Conde publicó sus memorias en 1986 y, un año más tarde, una antología personal formada por fragmentos poéticos de varios de sus libros titulada "Memoria puesta en olvido".
En 1979, la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico la designó miembro de la corporación y ese mismo año recibió también el doctorado honorífico por la Universidad de Maryland.
En noviembre de 1987 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil.
En 1994 creó una fundación que lleva el nombre de su esposo, el poeta Antonio Oliver Belmás. Ese mismo año, la escritora, que había dejado de escribir debido a su delicado estado de salud, cedió todos sus archivos, su biblioteca y otros objetos relacionados con su trayectoria literaria, a su ciudad natal, Cartagena.
Entre el material donado está la valiosa correspondencia de Carmen Conde con Rubén Darío y Miguel Hernández, a los que le unió gran amistad.
